Congreso del Consejo Centroamericano y del Caribe de Terapia Intensiva
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Las heridas emocionales son memorias, creencias y sensaciones corporales ligadas a experiencias dolorosas (abandonos, traiciones, pérdidas, humillaciones).
Sanar heridas emocionales no es algo que suceda “de una vez y para siempre”, sino que es un proceso en etapas.
Te comparto, en este artículo, las etapas para ir sanado esas y heridas y herramientas prácticas que puedan ayudarte en el proceso:
1. Validar la herida
El primer paso es darte cuenta de que hubo dolor, pérdida o falta de algo importante. Reconocer la herida y la emoción predominante: miedo, enojo, tristeza?
Muchas veces se posterga porque da miedo mirar adentro. Y reprimir estas emociones puede llevarnos a enfermar fisica o mentalmente. Sanar empieza cuando se puede decir: “Sí, esto me dolió”.
No minimizar.
2. Permiso de sentir
Las emociones reprimidas buscan salida.
La sanación empieza cuando, en lugar de taparlas con distracciones (trabajo, comida, consumo, exigencia), nos damos permiso de sentirlas sin juzgar.
3. Tiempo e intención
El tiempo solo no cura: puede adormecer.
Se sana cuando el paso del tiempo se acompaña de reflexión, terapia, escritura, prácticas espirituales o corporales. Cuando empezamos a ocuparnos, a tomar un rol activo en el proceso, buscando ayuda o recursos que faciliten el afrontar estas situaciones difíciles
4. Seguridad interna y externa
Se requiere un entorno lo suficientemente seguro (terapeuta, amigos, pareja, comunidad) para procesar lo que dolió.
También la capacidad interna de autorregularse (respiración, pausas, compasión). Ser consientes de nuestros recursos internos de afrontamiento e ir desarrollandolos cada día.
5. Aprender del dolor
El cierre llega cuando el dolor se transforma en aprendizaje y no en repetición.
La herida deja de ser un peso y se convierte en un recurso: “Eso me pasó, pero no me define”.
6. Señales de que se está sanando
Recordar el hecho ya no activa la misma intensidad emocional.
Se puede hablar del pasado sin sentir que vuelve a dominarte la emoción dolorosa.
Se empieza a elegir distinto: no se repiten relaciones o dinámicas dañinas.
Se siente más calma y liviandad en el día a día.
En síntesis: sanamos cuando estamos listos para mirar, sentir, aprender y soltar. No depende solo del tiempo, sino de la disposición y las herramientas que usamos en ese camino.
Recursos de afrontamiento
Procesamiento narrativo: darle sentido y reorganizar la historia.
Escribe la historia: 15–20 minutos sin editar. Luego relee y subraya lo que sigue siendo cierto ahora.
Carta no enviada: escribe a la persona/evento lo que no dijiste. Se puede quémar o guardar. No hay que entregarla.
Reencuadre: busca evidencia que contradiga las interpretaciones rígidas (“no valgo”, “siempre me abandonan”).
Respiración: Usa diferentes técnicas de respiración para volver al presente. Mindfulness, esta científicamente demostrado, ayuda en este proceso de gestión emocional. No dudes en practicarlo a diario y verás como poco a poco el dolor va desapareciendo… y el sufrimiento, también!
Dra. Alicia M. Miguez | Clínica Médica - Psiquiatría y Psicología Médica - Transtornos de Ansiedad - Hipnosis Clínica - Psicología Ontológica y Transpersonal Bioneuroemocion - Mindfulness - Eneagrama.
Sanatorio Clínica Modelo de Morón.
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